Los niños siempre nos enseñan día a día a los mayores, a ponernos contentos sin motivo, a exigirnos y desear con todas nuestras fuerzas nuestros sueños, que son los suyos. Y el viernes ese sueño se cumplió.
Gracias a todos los que hicieron posible este sueño. A los padres, abuelos y a nuestro barrio, pero sobre todo a los más pequeños, porque gracias a su ilusión los mayores vivimos un viernes que siempre quedara en nuestros corazones.. Gracias de corazón
Francisco Javier Román Azores –
Hermano Mayor