San Juan Bautista

San Juan Bautista es el tercer titular de la Hermandad y viene siendo así desde la refundación de la misma en 1896. Sin embargo, en su origen, la Hermandad de la Coronación de Espinas se tituló de San Juan Bautista, siendo este santo el primer titular de la misma y saliendo incluso procesionalmente, como era habitual en cofradías similares en el siglo XVII (San Andrés, San Telmo, San Bartolomé, etc.)

Se puede atribuir la obra con solvencia al imaginero Francisco de Villegas gracias a un testamento, otorgado el 15 de enero de 1660 en Medina Sidonia, en el cual el propio Villegas dice, ‘Los hermanos de la Cofradía de San Juan Bautista de Jerez de la Frontera me son deudores de ciento y ochenta reales del resto de mayor cantidad de la hechura y escultura de un San Juan que hice para la dha Cofradia‘.

Francisco de Villegas (1592-1660) es un imaginero nacido probablemente en Granada y fallecido en Medina Sidonia que perteneció al taller de Juan Martínez Montañés y que la mayor parte de su vida la pasó esculpiendo en Cádiz y su provincia. Casó con la sobrina de Pablo de Rojas, maestro de Montañés en Granada y de ahí la relación entre ambos. En 1614 entra en el taller de Martínez Montañés por un periodo de cuatro años. En esta etapa, cree el historiador Enrique Hormigo Sánchez que pudo haber colaborado activamente en la ejecución del retablo de la iglesia de San Miguel de Jerez de la Frontera si bien no se le conocen imágenes pasionales de su etapa sevillana. No obstante, y como anécdota, hay algunos historiadores que le hacen algunas atribuciones incluso atreviéndose a asignarle la hechura del Cristo de Pasión del templo del Salvador en detrimento del mismísimo Martínez Montañés, aunque sin documentos que lo avalen. Al terminar el contrato se muda a Cádiz donde ya queda documentada su residencia en 1619 aunque va moviéndose por distintas localidades de la provincia, y mudándose en algunos casos, siguiendo sus compromisos laborales. Está documentada su residencia en la calle Porvera de Jerez entre el año 1648 y 1650, donde recibió el encargo de hacer el retablo del altar de Santo Domingo de la iglesia de esta advocación, incluidas las hechuras de varias imágenes de bulto redondo. Del periodo jerezano son también un retablo en la Iglesia parroquial de Santiago, otro para la antigua iglesia del Carmen y el San Juan Bautista objeto de este artículo.

Esta imagen de San Juan Bautista ha sufrido diversas restauraciones a lo largo de sus cerca de 400 años de historia a pesar de lo cual son reconocibles algunos de los detalles característicos del imaginero que la ejecutó. Manierismo en el tratamiento anatómico con un rostro de caracteres planos y ojos grandes de mirada hierática, pintados sobre la madera, que provoca una sensación de rigidez importante. La nariz es ancha y el cabello bien definido y ejecutado. La boca de labios gruesos está cerrada, como es habitual en la imaginería de Villegas.

La iconografía es bastante ortodoxa mostrando a un varón austero que viste una piel de camello, como penitente en el desierto, y lleva en la mano izquierda un lábaro cruciforme del que le cuelga un banderín con la cruz de San Juan Bautista. La iconografía clásica incluye, en realidad, una cinta con el texto “este es el cordero de Dios” en vez del banderín, ya que Juan es ‘el precursor’ y, por tanto, va anunciando al que viene detrás de él. A sus pies se encuentra una imagen de un cordero en representación, precisamente, de Jesucristo, ‘el cordero de Dios’.

San Juan Bautista, el último profeta y el primer mártir cristiano, es el nexo de unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Según los textos sagrados, era hijo de Zacarías, sacerdote del templo de Jerusalén, y de su esposa Isabel, prima de la Virgen. De ahí su parentesco con Jesús. Al nacer, sus padres le impusieron el nombre de Juan, como le indicó el arcángel san Gabriel al anunciarle a Zacarías su concepción. Pasó su juventud en el desierto de Judea, predicando la penitencia para el perdón de los pecados. Bautizaba en el río Jordán a todos los que acudían a él en actitud expiatoria. Y anunció la venida de Cristo, a quien bautizó poco antes de iniciar la vida pública. Como se sabe, hacia el año 30 fue apresado y decapitado por orden de Herodes Antipas, ya que le censuraba continuamente su incestuoso matrimonio con Herodías. El tetrarca de Galilea, para cumplir una promesa imprudente que había hecho a su hijastra Salomé, lo mandó ejecutar. Sus discípulos recogieron el cadáver y le dieron sepultura.

Otras obras procesionales de Francisco de Villegas:

  • 1622. Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia de Jerez de la Frontera (Originalmente para Cádiz).
  • 1624. Santísimo Cristo Yacente de la Hermandad de la Soledad de Cádiz.
  • 1632. Nuestro Padre Jesús Nazareno de Conil de la Frontera.
  • Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medina Sidonia.
  • Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia de Vejer de la Frontera.

Alfonso Martín-Bejarano Ejarque.